1. Palacio de Euskalduna
Concebido por sus arquitectos, Federico Soriano y Dolores Palacios, como una nave en permanente construcción que emerge del dique en el que estuvo el Astillero Euskalduna, el Palacio obtuvo el Premio Enric Miralles 2001 en la VI Bienal de la Arquitectura Española. Acoge numerosas actividades de naturaleza económico-empresarial, académica, política, institucional, social y cultural. En él se desarrolla la Temporada de Ópera de la ABAO, una de las más importantes y prestigiosas del Estado y de Europa, y tiene también su sede la Bilbao Orkestra Sinfonikoa, magnífica institución musical, fundada en 1920, que dio su primer concierto en 1922.
2. Parque de Doña Casilda
Pulmón por excelencia de la ciudad, el Parque de Doña Casilda es ahora mismo el nexo de unión entre Abandoibarra y el Ensanche. Esto es posible gracias a una ampliación inaugurada en 2006 que ha supuesto sumar a sus 85.200 metros cuadrados otros 30.000, de los cuales 18.000 se han destinado a zonas verdes y el resto a un bulevar arbolado. La conexión con Abandoibarra se ha realizado a través de senderos y calles que cuentan con el mismo pavimento, mobiliario y farolas que los utilizados en el Parque de Ribera, junto a la ría, favoreciendo la continuidad a través de una estética común.
3. Plaza Euskadi · Museo de Bellas Artes y Torre Iberdrola
El origen del actual museo se sitúa en el primer Museo de Bellas Artes, fundado en 1908 y que abrió sus puertas en 1914, y en el de Arte Moderno, inaugurado en 1924. Ambas instituciones y sus respectivas colecciones se unieron en 1945, año en que se levantó el antiguo edificio. La colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao, inaugurado en 1914, reúne más de siete mil piezas, entre pinturas, esculturas, obras sobre papel y artes aplicadas, en un destacado conjunto patrimonial que comprende una cronología desde el siglo XII hasta la actualidad. Conserva ejemplos relevantes de arte antiguo, moderno y contemporáneo, y tiene especial interés la pintura de la escuela española y la nutrida presencia de los artistas vascos, de los que posee la más importante colección de obras. La construcción de la Torre Iberdrola se inició el 19 de marzo de 2007 y concluyó en 2011, siendo oficialmente inaugurada el 21 de febrero de 2012 por el rey Juan Carlos I. Este rascacielos surge como el reemplazo de la Torre Foral, un proyecto cancelado en 2003 debido a su elevado coste. El arquitecto César Pelli dejó su impronta en la ciudad con esta obra maestra, que además alberga la sede central de Iberdrola.
4. Pasarela · Biblioteca Deusto · Bizkaia Aretoa
Dedicada al sacerdote Pedro Arrupe, se encuentra en Abandoibarra, junto al Museo Guggenheim de Bilbao y la Universidad de Deusto. Fue inaugurada junto con el paseo de Abandoibarra y la avenida de las Universidades. La pasarela está construida en acero, si bien el interior es de madera, creando un atractivo contraste a la vista. La historia de la Biblioteca de la Universidad de Deusto abarca desde su fundación en el mismo año que la universidad hasta la inauguración de su moderno edificio en 2009, diseñado por Rafael Moneo. El nuevo edificio, un CRAI, se ubica en Abandoibarra, conecta con el campus a través del puente Pedro Arrupe y se ha convertido en un símbolo de la transformación urbana. El Bizkaia Aretoa acoge todo tipo de eventos sociales, culturales, académicos y científicos, convirtiéndose en una sede de referencia en Bilbao.
5. Museo Guggenheim
Se inauguró en 1997, según proyecto del arquitecto americano Frank Gehry, quien, tras visitar la ciudad, tuvo muy clara su ubicación. "Ese es el lugar", exclamó tras observar una panorámica de Bilbao desde el monte Artxanda. Ese lugar eran los terrenos de la antigua Compañía de Maderas, al borde de la margen izquierda de la Ría. Como el propio arquitecto ha explicado, el diseño está basado en el puerto que fue y la ciudad que es, simbolizando un navío anclado a orillas del Nervión. El titanio permite contemplar en cada momento del día las tonalidades que la luz proyecta sobre él.
6. Puente La Salve
Inaugurado el 9 de enero de 1972, el Puente de la Salve fue diseñado por el ingeniero Juan Batanero García-Geraldo para solucionar los problemas de tráfico que empezaban a saturar el norte de la ciudad. En su momento, representó un hito en la ingeniería española, siendo el primer puente del país con sistema de tirantes y uno de los pocos con tablero metálico. Con sus imponentes 23,5 metros de altura sobre la ría del Nervión, permitía el paso de grandes barcos sin interrumpir el tráfico rodado, a diferencia de los puentes levadizos de entonces. Su estructura de hormigón verde y sus gigantescas columnas, de estética brutalista, contrastaban con el paisaje urbano de la época.